Los que siempre creímos que la localización era el verdadero as en la manga de la capa móvil, y somos unos cuantos, observamos el fenómeno Pokemon Go con sentimientos encontrados. Cuando finalmente llegó la prueba que confirmaba nuestros evangelios lo hizo con tanta contundencia que no quedó espacio para decir “viste, te dije”. El escándalo aún dura, de modo que tampoco es tiempo para reflexiones sutiles. Esperamos con fascinación ver a dónde nos lleva todo esto.
Es el primer suceso de realidad aumentada, masivo y a escala global. Y la clave no se llama Nintendo ni The Pokemon Company sino Niantic Labs, la compañía que fue un spin off de Google y que se especializó desde el principio en construir aplicaciones sobre Google Maps. Son los autores de otros juegos basados en localización, también interesantes, aunque con mucho menos éxito de taquilla, como Ingress y FieldTrip.
Esto último no es un detalle, por ejemplo, los personajes de que el usuario deba capturar, son más propensos a congregarse en Pokéstops, que hoy se superponen con las ubicaciones de las zonas interactivas específicas de Ingress.
Lo interesante de Pockemon Go es que impactó con fuerza a todos los sub dominios del ecosistema móvil, desde los desarrolladores hasta los marketineros. Durante años, en todos los estratos mobile se transmitió el deseo de hacer realidad proyectos de realidad aumentada. Google imaginó un mundo donde la gente veía superpuestas capas de información en sus anteojos de cristal. Foursqueare (ahora Swarm) intentó agregarle gamificación a su esquema de posteos geolocalizados.
Las nuevas formas de monetización es otro rubro que genera entusiasmo. Por ejemplo, Niantic ya está aprovechando el éxito de su criatura para lanzar “puntos patrocinados” dentro del juego, con una dinámica similar a la que ya usó en Ingress. Y está llegando a un acuerdo con McDonalds para asociarse e incluir algunos de esos puntos en sus locales, además de otro tipo de interacciones de realidad aumentada con la marca.
Para los comerciantes más chicos, también hay una oportunidad, aprovechando la proximidad a los Pokéstops para generar tráfico peatonal a sus locales.
Ahora podemos esperar las réplicas de Pokemon Go, aunque es improbable que las imitaciones logren la escala del original, que no tiene rival en su categoría. Y tal como pasó con Facebook alguna vez, será interesante ver cómo el resto de los jugadores aprovechan este impulso para crear innovación y aplicaciones diferentes. Ya no será necesario explicar qué es la realidad aumentada.