Algo raro pasó con Vine, la aplicación de videos cortos de Twitter. Presentada a principios de 2013, al principio pareció decaer, pero siguió su camino a paso lento y terminó por convertirse lentamente en una plataforma de entretenimiento móvil única con su propio estilo, formato y elegida por múltiples celebridades. A medida que el video móvil continúa su ascenso, la app ha construido y mantenido una audiencia impresionante.
Vine sirve a más de 100 millones de personas a través de la web todos los meses y tiene más de 1500 millones de “loops” por día. Está en el Top 100 de las aplicaciones para iPhone en 13 países. En Estados Unidos está encima de Tinder y Shazam. comScore dice que Vine llegó a los 34,5 millones de visitantes únicos en los Estados Unidos en junio a través de los equipos de escritorio y dispositivos móviles y está valuado por los inversores en 16.000 millones de dólares.
Vine le debe parte de su éxito al hecho de que se trata de un servicio de video de posteo sencillo y gratuito que funciona bien con Twitter. Como otras plataformas, tiene problemas con los derechos de autor, pero hoy varios propietarios de derechos (por ejemplo, en Estados Unidos la Liga Mayor de Béisbol) la usan para publicar sus novedades.
A su vez, la aplicación se ajusta a una tendencia más amplia. De la misma manera que los videos cortos de SNAPCHAT, las piezas parecen ser exactamente el tipo de contenido que la gente ver en un teléfono inteligente, o incluso un dispositivo de pantalla menor, como es el caso del reloj de Apple.
Pero lo que es más interesante es el grupo de cosecha propia que Vines desarrolló. Se trata de un público, integrado en su mayoría por individuos jóvenes y creativos que producen una cantidad envidiable de videos cortos, que van desde lo artístico hasta lo musical de una sola línea, incluyendo micro-parodias y piezas cómicas. Las principales personalidades de esta red son muy populares, tienden a colaborar entre sí y han llegado a definir una parte importante del servicio.
Estos incluyen a Lele Pons, el único Viner con más de 6 mil millones de vistas; KingBach, que se caracteriza por satirizar las relaciones y el dinero; y Logan Paul, cuyo perfil reciente sobre Tech Insider comienza con una foto sin camisa en su apartamento de Los Ángeles, de pie junto a un micrófono diciendo: -“Quiero ser el mayor actor en el mundo”.
Al igual que las primeras estrellas de YouTube, sus nombres no son muy conocidos por el público masivo pero generan millones de visitas y miles de comentarios cuando publican.
Mientras Vine no genera directamente ningún tipo de ingresos y no tiene planes actuales para presentar un modelo publicitario, se ha convertido en un espacio libre para estos creadores, que venden su popularidad a las marcas en forma de videos patrocinados. Twitter, en su haber, ha considerado incorporar anuncios y se están negociando muchas ofertas por parte de una agencia de talentos de nicho, que el rey de los 140 caracteres adquirió a principios de este año.
Otra cosa para destacar: Cualquier video aleatorio de Vine puede convertirse en viral, ayudado por las características de recirculación de la plataforma y por su vinculo con Twitter.
En este momento, aunque la app cuenta con mucho potencial, solo cuenta con unos 40 empleados y parece no ubicarse entre las prioridades de Twitter.
Twitter, cuyo precio de las acciones ha disminuido casi un 50% desde abril, se encuentra ahora en una posición poco envidiable. Debe volver a acelerar el crecimiento de la audiencia y repensar su producto para un mercado más amplio, mientras que sufre la transición de su CEO. Tal vez, sea justamente en esta app, en la que encuentre nuevas oportunidades de negocio.